Algunos me daban palabras de aliento diciéndome que en el corrimiento (algunos se rajan a ultima hora y pues se corre la fila) podía quedar, pero fui realista y pensé que 26 personas que quedaran dentro de la carrera que por primera vez se abre en la Universidad de Sonora no se iban a arrepentir.
Transcurrió el tiempo y llegó el momento en que se publicaran las dichosas listas de los que gracias a los desertores tienen un lugar. Puse mi número de folio y pues ahí seguía el “No aceptada” “¡al cabo que no necesito motivación en mi vida en estos momentos!” pensé.
Para revivir el coraje seguía viendo la pantalla esa, cuando noto que había una pequeña nota que decía “con posibilidad de quedar en tronco común”, ¡a jodidooooo! ¿y eso qué es? me pregunté y mas abajo me informaban: Los primeros de la lista que no aceptaron tienen la oportunidad de llevar por un semestre las materias de tronco común de arquitectura y diseño gráfico, al final de este, quedan los 10 mejores promedios dentro de la carrera.
Vi una luz, si una lucesita que me hizo agarrar aire y sentir que tan mal no estaba el panorama.
Llega el día de la inscripción y ahí estaban las listas físicamente (en internet no ves a los demás solo tu puntaje) por morbosa me acerco y veo que 25!!! siiiiii! 25!! personas no fueron a inscribirse y le dejaron el lugar a las siguientes 25 de la lista!!! en resumen, eso me deja a mi como la siguiente, que si uno mas no quería, entraba yo! un pelito de cochi! entraron a la carrera hasta el 105 y yo señores, lo repito, fui la 106, reí en mis adentros, lloré en mis afueras, no es verdad, no lloré solo pensé que aun me queda una oportunidad.
Todo esto no es mas que otro poco de sal y pimienta para los meses que restan del año: cambio de administración, lo que aumenta la probabilidad de perder mi trabajo (aun que me dijeron que a los changuitos no nos corren), periodo de prueba en la carrera y arreglar mi vida personal. Plan B , C y D en construcción.