Frases del libro La Insoportable levedad del ser de Milan Kundera

Libro La insoportable levedad del ser sobre una cama con colcha blanca

Este era mi libro favorito… hasta que lo leí por 2da vez. Dolió ver hacia atrás y las cosas con las que me proyectaba, afortunadamente tuve oportunidad de leerlo desde otra perspectiva en la que me identifico menos en sus palabras, pero sigo reconociendo que es un libro muy bueno. Les comparto las frases de La insoportable levedad del ser de Milan Kundera que más me gustaron, me hicieron ruido y las que más me movieron:

  • Sólo una relación no sentimental, en la que uno no reivindique la vida y la libertad del otro, puede hacer felices a los dos.
  • Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias.
  • Había pasado siete años de su vida con Teresa y ahora comprobaba que aquellos años eran más hermosos en el recuerdo que cuando los había vivido.
  • Si la maternidad es el Sacrificio personificado, entonces el sino de la hija significa una Culpa que nunca es posible expiar.
  • Es como si el nivel de vergüenza pretendiera expresar el nivel de valor que tiene su cuerpo.
  • Ella había venido a buscarlo para huir del mundo de la madre, donde todos los cuerpos eran iguales. Había venido a buscarlo para que su cuerpo se volviese único e irreemplazable. Y ahora él volvía a dibujar el signo de la igualdad entre ella y las otras: a todas las besa igual, las acaricia igual, no hace ninguna, ninguna, ninguna diferencia entre el cuerpo de Teresa y otros cuerpos.
  • Nunca había sido ambiciosa por orgullo. Lo que quería era escapar del mundo de la madre.
  • Además, aquellas fotografías, que hizo apasionadamente, nadie las quiere ya porque no son actuales. Sólo el cactus es eternamente actual. Y los cactus no le interesan.
  • Rebelarse contra el hecho de haber nacido mujer le parece igual de necio que enorgullecerse de ello.
  • La cultura sucumbe bajo el volumen de la producción, la avalancha de letras, la locura de la cantidad. Por ese motivo te digo que un libro prohibido en tu país significa infinitamente más que los millones de palabras que vomitan nuestras universidades.
  • Para Sabina, vivir en la verdad, no mentirse a uno mismo, ni mentir a los demás, sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad.
  • El amor, cuando se hace público, aumenta de peso, se convierte en una carga.
  • El objetivo hacia el cual se precipita el hombre queda siempre velado. La muchacha que desea casarse, desea algo totalmente desconocido para ella. El joven que persigue la gloria no sabe qué es la gloria. Aquello que otorga sentido a nuestra actuación es siempre algo totalmente desconocido para nosotros. Sabina tampoco sabía qué objetivo se ocultaba tras su deseo de traicionar. ¿Es su objetivo la insoportable levedad del ser?
  • ¿Qué es la coquetería? Podría decirse que es un comportamiento que pretende poner en conocimiento de otra persona que un acercamiento sexual es posible, de tal modo que esta posibilidad no aparezca nunca como seguridad. Dicho de otro modo: la coquetería es una promesa de coito sin garantía.
  • Sabe que se ha convertido en una carga para él: se toma las cosas demasiado en serio, de cualquier cosa hace una tragedia, no es capaz de comprender la levedad y la divertida intrascendencia del amor físico. ¿Quisiera aprender a ser leve! ¡Desea que alguien le enseñe a dejar de ser anacrónica!
  • ¿Es inocente el hombre cuando no sabe?, ¿un idiota que ocupa el trono está libre de toda culpa sólo por ser idiota?
  • Esta gente le sonreía con una sonrisa especial, que hasta entonces desconocía: con la tímida sonrisa de aprobación del conspirador. Es la sonrisa de dos hombres que se encuentran por casualidad en un burdel; les da un poco de vergüenza y al mismo tiempo se alegran de que la vergüenza sea mutua; surge entre ellos una especie de fraternidad que los une.
  • ¡Qué indefenso está el hombre ante los elogios!
  • La verdadera bondad del hombre sólo puede manifestarse con absoluta limpieza y libertad en relación con quien no representa fuerza alguna.