Documental de Amy Winehouse

Hace rato estaba muy clavada con documentales de música, vi el de Nina Simone, Sinatra y uno de coristas en Netflix, y justo en ese tiempo estaba el de Amy Winehouse en el cine. Siempre me han gustado sus canciones aunque nunca averigüe ni me interesé por su vida privada, pero necesitaba seguir con la serie de documentales de música y este se veía muy interesante.

La película empieza por el inicio de su carrera: el como siempre se inclinó por el jazz, que no buscaba ser famosa, solo cantar y trabajar con gente talentosa, lo personales que eran sus canciones y su honestidad en cualquier circunstancia.

Conforme el filme avanza va revelando detalles de la vida personal de la cantante, destaca la separación de sus padres, su bulimia y adicción a las drogas. Lo que se me hizo más fuerte fue lo aferrada que estaba a su papá y novio Blake, las personas que más la explotaron.

Sobre su papá menciona como nunca estuvo presente cuando estaba chiquita, pero no cuando fue que empezó a interesarse por la carrera de ella, solo lo presentan cuando ya está muy metido en su vida profesional y como esta es prioridad para él, más que el bienestar de su hija que estando en medio de su proceso de rehabilitación la motiva a seguir de gira, cosa que la ponía muy vulnerable y la llevaba a tomar las peores desiciones. Tristemente la canción de Rehab no fue una historia en su cabeza.

A Blake lo conoció en un bar, los dos tenían pareja pero de todas maneras se revolcaron por un buen rato, eso fue para Amy el inicio de su complicada carrera. Al tiempo él decidió regresar con su novia y mandó a la cantante a la goma. Winehouse agarró una laaaaarga peda de ardida de la que al parecer nunca pudo recuperarse. Esta separación la llevó a componer Back to black, una de mis favoritas. Quién sabe como y cuando Blake regresa casualmente justo cuando Amy está en el pico de su carrera, recibiendo premios y haciendo presentaciones por todos lados. Por desgracia se casan.

Ella vivía para el y en una entrevista lo dice “Si mi esposo es feliz, yo soy feliz”, y por lo visto, para que el lo fuera, era necesario que Amy se estuviera metiendo drogas y alcohol hasta la sobredosis, tanto que le pareció una excelente idea meter un poco al centro de rehabilitación en el que estaba. Si a a eso no se le puede llamar sabotaje y relación enfermiza, no se que es.

Al tipo lo meten a la cárcel por un buen rato y fue lo mejor que le pudo pasar a la pobre, tuvo un poco de estabilidad… solo hasta donde el papá lo permitía.

Una parte que se me hizo muy curiosa, es que conforme se va complicando la vida de Amy, se va haciendo más grande su delineado y no se si es intencional o no, aunque parecía que todo lo que ella hacía tenía una intención, no dudo que esto también.

Si les gusta la música de Winehouse no se deben de perder este filme, entenderán mejor sus canciones y si no, pues no cambiará su vida verlo pero está muy interesante conocer la carrera de un artista de su talla desde el principio y como su pasado afectó el resultado de su trabajo.