Tengo ganas de ruffles

Bueno, esta no es la forma mas feliz ni la mejor en la que pude haber comenzado mi nuevo blog pero las cosas pasan.

Resulta que mi estomago me esta reclamando tanto mal uso, yo de verdad pensaba que me podía tragar cualquier cosa y no pasaría nada, creo que estaba muy equivocada.
Las cheves, los cigarros, tamales, tostitos (por mencionar solo una de las frituras que mi cuerpo aspira) y demás grasas y masas han quedado temporalmente fuera de mi cuadro básico de alimentación. Estoy enojada.
Mi estadía en Huachinera fue lo que mas influyó en mi actual estado de salud (puras suposiciones mías): si, la comida estaba riquísima pero la sentía muy pesada, mucha grasa, mucha harina, aunado con poca agua, algo de cheve y mucho sol; además de la salla que se me ocurrió probar, es como zanahoria de campo, una raíz que suelen comer los yaquis y pensé yo, al cabo que soy de Obregón, pero valió, desde el sábado las molestias no me dejaban en paz hasta hace unas hora que me empastillé.
El doctor puso en el diagnóstico diarrea funcional, todavía no le encuentro lo funcional pero el sabrá su trabajo, me dijo que estaba un poco deshidratada y que además de cuidar mucho mi alimentación, tengo que empastillarme por 5 días.
Yo se que estaba hablando de cambios, había comenzado a caminar y el bobby me propuso una dieta a lo que me negué rotundamente! no puedo resistirme a los placeres de la comida, “mis antojos son prioridad” pensé, pues eso, también habrá que cambiarlo.
Fuera de todo este rollo, el viaje a Huachinera estubo mejor de lo que pensaba, ya tienen internet, celulares, la comunicación aligeró bastante la experiencia.